lunes, 24 de enero de 2011

4.444 FIRMAS PARA SALVAR LA SIERRA



El pasado 20 de Enero, la Plataforma en Defensa de la Salud y la Sierra (PDSS) entregó en la delegación de la Junta de Andalucía en Málaga 4.444 firmas que apoyan la solicitud para que la Sierra de Mijas sea declarada Parque Natural.


El interés ecológico de esta Sierra, más allá de sus innegables valores paisajísticos, faunísticos, botánicos, hidrológoicos etc. reside en su ubicacion geográfica que la convierte en una vía de comunicación entre otras zonas de interés de la provincia evitando el aislamiento genético entre distintas poblaciones. Dado el actual sistema de desarrollo que hemos elegido, necesitamos dar protección a redes ambientales y salvaguardarlas de la destrucción. Esto no quiere decir evitar que se haga nada en ellas. Un Parque Natural permite un uso ambientalmente sostenible de los recursos que alberga. Sin embargo las circunstancias particulares que se han dado en la Sierra de Mijas exigen una intervención inmediata.


Así, el urbanismo sin control que ha llevado a nuestra economía al abismo y que es, en sí mismo, un factor de destrucción de nuestro entorno fundamental, genera una enorme necesidad de áridos para abastecer este desarrollismo. La escasa altura de miras de nuestros representantes han permitido que la Sierra de Mijas esté siendo destruida por una salvaje explotación minera a cielo abierto que, pese haberse sido declarada en su mayoría ilegal y clandestina continúa su imparable destrucción disfrazada de restauración. Y esto ocurre ante la mirada indiferente de la mayoría de la población que además está permitiendo que se atente contra su salud al respirar permanentemente el peligroso polvo que esta actividad genera.


Sin embargo existen 4.444 personas que no están conformes, 4.444 personas que quisieran cambiar algo, que verían con buenos ojos otra manera de organizar las cosas. 4.444 personas que entienden que el desarrollo no puede estar basado en la destrucción. 4.444 personas que creen que la Sierra de Mijas debe sobrevivir a nuestro desarrollismo desbocado.